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    ARTEN Y PURSAH APARECEN
    (extracto)

Durante la semana de la Navidad de 1992, me di cuenta que tanto las circunstancias de mi vida
como  mi estado mental lentamente habían ido mejorando en el transcurso  del último año. La
Navidad anterior las cosas no me habían ido bien, sintiéndome muy descontento por la aparente
escasez que había en mi vida. A pesar de haber logrado cierto éxito como músico profesional, no
había conseguido ahorrar mucho dinero. Me esforzaba en mi nueva profesión como agente de
bolsa, y estaba en el proceso de demandar judicialmente a un amigo y antiguo socio de negocios
que, en mi opinión, me había tratado injustamente. Entretanto, aún estaba recuperándome de una
quiebra financiera ocurrida cuatro años antes, resultado de la impaciencia, de gastar
despreocupadamente y de inversiones aparentemente buenas que salieron mal. No lo sabía, pero
me encontraba en guerra conmigo mismo, y estaba perdiendo. En ese entonces tampoco sabía que
prácticamente todo el mundo se encontraba en guerra y estaba perdiendo, aunque parecía que
estuvieran ganando.

De repente, algo cambió en lo más profundo de mí. Durante trece años había estado en una
búsqueda espiritual en la que había aprendido muchas cosas pero sin haberme tomado el tiempo
necesario para aplicar las lecciones recibidas, pero entonces una nueva certeza surgió en mí.
Las
cosas tienen que cambiar
, pensé. Tiene que haber una mejor manera  de hacer las cosas.

Escribí al amigo que estaba demandando para informarle que iba a desistir de la acción legal con el
propósito de comenzar a eliminar  los conflictos de mi vida. El me llamó para agradecerme, y así
comenzamos a reconstruir nuestra antigua amistad.  Con el tiempo aprendería que este mismo tipo
de situación, en distintas formas,  se había repetido, miles de veces en décadas anteriores, cuando
personas en conflicto emprendieron el  proceso de deponer sus armas para rendirse a una
sabiduría interior más grande

A partir de ahí intenté poner en marcha  el perdón y el amor en las situaciones que afrontaba
cotidianamente, tal como entonces comprendía tanto al perdón como al amor Obtuve algunos
resultados buenos, pero también me topé con serias dificultades, especialmente cuando alguien
atosigaba en mis zonas más sensibles. Pero al menos parecía que estaba empezando a cambiar
de dirección. Durante este periodo comencé a observar pequeños destellos de luz que se producían
en el rabillo del ojo  o alrededor de ciertos objetos. Estos  nítidos destellos luminosos no ocupaban
todo mi campo visual, sino que se concentraban en ciertas áreas concretas. No entendí su
significado hasta que se me explicó posteriormente.

A lo largo de aquel año de transformaciones oré a menudo a Jesús para que me ayudara, siendo Él
el profeta de la sabiduría que yo más admiraba. . Sentía una misteriosa conexión con Jesús, y en
mis oraciones solía decirle cuanto deseaba volver dos mil años atrás y de esta forma saber cómo
era aprender de él en persona.

Y así, durante la semana de la Navidad de 1992, mientras meditaba en la sala de mi casa en una
zona rural del estado de Maine, me ocurrió algo excepcional. Estaba solo porque trabajaba en casa y
Karen, mi esposa, viajaba todos los días por su trabajo en Lewisnton. No teníamos hijos y
disfrutaba pues de un entorno muy tranquilo, interrumpido sólo por algún ocasional ladrido de
nuestro perro Nupey. Cuando concluí la meditación, abrí los ojos y me quedé anonadado al
comprobar que no estaba solo. Con la boca abierta, aunque sin pronunciar ningún sonido, miré
fijamente enfrente mío a un hombre y una mujer que estaban sentados en mi sofá, mirándome
directamente, con sus sonrisas amables y unos ojos lúcidos y penetrantes. No había en ellos nada
que me resultara amenazador; de hecho, tenían un aspecto extraordinariamente apacible que me
brindaba una sensación de amparo. Evocando este suceso, me pregunto por qué no tuve más
miedo, dado que estas personas, de apariencia muy sólida, parecían haberse materializado de la
nada. Aún así, la primera aparición de mis futuros amigos fue tan surrealista que, de algún modo, el
miedo no parecía una reacción apropiada.

Las dos personas parecían tener unos treinta años y un aspecto muy saludable. Su indumentaria
era elegante y contemporánea. No se parecían en nada al aspecto que yo hubiera le atribuido a los
ángeles, maestros ascendidos o cualquier otro tipo de ser divino. No había luz ni auras
resplandecientes  a su alrededor. Uno bien podría haberlos visto cenando en un restaurante y no
prestarles atención. Ahora no podía dejar de notar que estaban sentados en mi sofá, y me di cuenta
de que miraba más a la atractiva mujer que al hombre. Advirtiendo esto, ella habló primero.

Pursah: Hola, querido hermano. Puedo ver que estás asombrado, pero no atemorizado  . Yo soy
Pursah, y éste es nuestro hermano Arten. Aparecemos ante ti como símbolos cuyas palabras
facilitarán la desaparición del universo. Digo que somos símbolos porque cualquier cosa que
parece tomar forma es simbólica. La única realidad verdadera es Dios o espíritu puro, que en el
Cielo son sinónimos, y tanto Dios como   el espíritu puro no tienen forma. Por tanto, en el Cielo no
existen conceptos como masculino y femenino. Cualquier forma, incluyendo tu propio cuerpo, que
se experimente en el falso universo de la percepción —— debe, por definición, simbolizar otra cosa.
Éste es el verdadero significado del segundo mandamiento: "No te harás ídolo, ni semejanza
alguna". La mayoría de los especialistas en textos bíblicos han considerado a este mandamiento en
particular como un misterio. ¿Por qué no querría Dios que se hiciera ninguna imagen a semejanza
de Él? Moisés pensó que la idea era librarse de la idolatría pagana. El verdadero significado es que
no deberías hacer ninguna imagen de Dios porque Dios no tiene imagen. Esta idea es primordial  
para lo que te diremos más adelante.
Gary: ¿Podrías repetir eso de nuevo?
Arten: Gary, repetiremos las cosas todas las veces que sean necesarias para que las aprendas,  y
una de las cosas que notarás es que te hablaremos cada vez más en tu propio estilo de lenguaje.
De hecho, te vamos a decir las cosas claramente y sin rodeos. Pensamos que eres lo
suficientemente adulto para entenderlas, y no hemos venido aquí a perder el tiempo. Has pedido
ayuda a Jesús. Él habría estado muy contento de venir personalmente, pero no es eso lo que se
requiere ahora. Nosotros somos sus representantes. A propósito, la mayor parte del tiempo nos
referiremos a Jesús llamándole "J". Tenemos su permiso para hacerlo y cuando llegue el momento
te explicaremos el porqué. Tú querías saber cómo era estar allí, con él, hace dos mil años. Nosotros
estuvimos allí y nos alegrará contártelo, aunque te sorprenderá saber que ser discípulo suyo en el
presente tiene más ventajas que entonces. Una de las cosas que vamos a hacer es plantearte
cuestionamientos del mismo modo que repetidamente J nos los planteaba a nosotros, tanto en el
pasado como en lo que tú piensas como el futuro. No vamos a ser condescendientes contigo ni te
vamos a decir lo que quieres oír. Si quieres que te traten con guantes de seda vete a un parque
infantil. Si estás dispuesto a ser tratado como un adulto que tiene derecho a saber por qué a la larga
nada puede funcionar en tu universo, entonces, iremos derecho al grano. También aprenderás tanto
la causa de esta situación como el modo de salir de ella. ¿Qué dices?
Gary: No sé qué decir.
Arten: Excelente. Buena cualidad en el estudiante, siendo un requisito igualmente notable el deseo
de aprender...   
Para ayudarte, no habremos de brindarte la denominada sabiduría de los siglos, que tanto deleita  a
los genios  espirituales contemporáneos. En cambio, aprenderás que la mayor parte de lo que el
mundo considera sabiduría de los siglos en realidad es falsa. La "divina inteligencia del universo"
es una frase que vale la pena desenmascarar. Aprenderás que los bebés no nacen con la pizarra en
blanco, que no nacen  con una tendencia natural al amor pero que luego son corrompidos por el
mundo, y descubrirás que para regresar  a Dios, tienes un trabajo que hacer: no un trabajo en el
mundo, sino con tus pensamientos. Durante la mayor parte de nuestros encuentros te parecerá que
juzgamos, y mucho. Esto responde a una buena razón: la única alternativa  posible para  enseñarte
es contrastando el pensamiento del Espíritu Santo con el pensamiento del mundo. Su juicio es
sano y conduce a Dios. Tu juicio es pobre y te conduce a este mismo lugar una y otra vez.
Pursah: Durante nuestras visitas también descubrirás aquello que en eres en realidad, cómo
llegaste aquí, por qué tú y el resto de la gente os comportáis exactamente como os comportáis y
sentís lo que sentís, por qué el universo sigue repitiendo los mismos esquemas patrones una y otra
vez, por qué la gente enferma, la razón que se encuentra  detrás de todo  fracaso, accidente, adicción
y desastre natural, la verdadera causa de toda la violencia, los crímenes, la guerra y el terrorismo en
el mundo; y también descubrirás la única solución significativa a todas estas cosas y cómo aplicarla.
Gary: Si puedes decirme todo eso, te ganas un premio.
Pursah: Sólo hay un premio por el que todo el mundo debería interesarse.
Gary: ¿El Cielo?
Arten: Sí. Debes haber oído que la verdad te hará libre. Eso es cierto, pero nadie te dice qué es la
verdad. Has oído que el Reino de los Cielos está dentro de ti. Eso también es cierto, pero nadie te
dice cómo llegar allí. Si lo hicieran, ¿escucharías? Puedes guiar a un ser humano hasta la fuente,
pero no puedes obligarle a beber. Nosotros te indicaremos dónde está el agua, pero sólo la
beberás si estás preparado para una espiritualidad que, como la verdad, no es de este universo.
Una de las diferencias fundamentales entre las enseñanzas de J y las enseñanzas del mundo es
ésta: las enseñanzas del mundo son producto de una mente dividida e inconsciente. Una vez esto ,
tienes que hacer concesiones, y en cuanto haces concesiones dejas de tener la verdad.
Nosotros no haremos concesiones, y no siempre te gustará. Eso no tiene importancia. Si te
diéramos todo lo que crees que deseas, estarías buscando alguna otra cosa al mes siguiente. No
nos necesitas para que te ayudemos a sentirte bien con un universo que nunca ha valido su precio
de admisión, y que nunca lo valdrá.
Hay algo mucho mejor por lo cual sentirse bien. Hemos recorrido el camino a casa a la velocidad de
Dios. Ahora nuestra intención es ayudarte a encontrar el tuyo...  



Extractos de la nota del Editor es © 2003 por D. Patrick Miller. Todos los otros extractos © 2002 by Gary R. Renard,
con excepción de los extractos anotados de Un Curso de Milagros, reimpresos con permiso de la Fundación para Un
Curso de Milagros (FACIM) 41397 Buecking Drive, Temecula CA 92590-5668m USA. Un Curso de Milagros® y UCDM®
son marcas registradas de FACIM.  Las ideas presentadas en estas páginas son interpretaciones pesonales y
comprensión del autor y no han sido endorsadas necesariamente por el propietario de los derechos de autor de Un
Curso de Milagros.  



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